lunes, 26 de junio de 2017

Asedio a Ciudad Rodrigo. Recreación


Los días 16,17 y 18 de junio ha tenido lugar en Ciudad Rodrigo, organizada por Tiradores de Castilla, con Adrián Estévez Fernández al frente, una estupenda recreación del asedio que en 1912 enfrentaron a los ejércitos inglés y francés.
De la mano de Gemma, una experta aguadora en las recreaciones napoleónicas, me acerqué a modo de aprendiza, y dejando que me indicara todo, pues soy muy novata en estos temas, y aunque he ido a alguna otra, todavía me queda mucho por aprender.
El viernes llegamos, nos instalamos en el hotel, pués eso de tener cierta intimidad, y una ducha en la habitación es algo que aprecio notablemente.
Nos vestimos de aguadoras, y pasamos por el campamento, que afortunadamente estaba al lado del hotel.
Preciosa Ciudad Rodrigo. Sus casonas blasonadas, sus palacios, esos rincones de piedra...Ya la conocía, y recordaba muy bien su plaza, pero el resto no.  Me volvió a enamorar.
Vimos las tiendas instaladas en dos zonas, la inglesa y la francesa. Saludamos a gente, más Gemma que yo. Ella conoce a muchísima gente, yo a poquitos, pero ha sido una buena ocasión para hacer nuevas amistades.
Eramos cerca de 700 personas, de varias nacionalidades, y lo más curioso es que en el asedio de Ciudad Rodrigo no intervinieron las tropas españolas, de forma que los recreadores españoles se distribuían entre los otros dos ejércitos.
El sábado por la mañana había un desfile por la ciudad, así que como no teníamos que dar agua a sedientos luchadores, nos vestimos con ropa de paseo, y aprovechamos para ver la ciudad, sus calles, sus monumentos, museos...
Curiosamente nos acercamos al Museo de los Orinales, pero el sábado por la mañana estaba cerrado. Me parecía muy curioso, y sentí no poder visitarlo.
La catedral, que además de muy bonita, ofrecía el aliciente de estar fresquita, en una mañana en las que las temperaturas se aproximaban a los 40 grados.
Visitamos el Palacio de los Äguila, con su exposición Histórico Militar, y corriendo a buscar a la gente para hacer el desfile que culminaba en la Plaza Mayor.
Allí, a pié firme resistió la tropa y resistieron los mandos. Algunos de ellos a caballo, lo que ofrecía una preciosa estampa.
Después del discurso del alcalde y con la presencia de numerosas autoridades, nos dirigimos a otra plaza donde se hizo una ofrenda, por parte de militares "de verdad", en un monumento que es el símbolo de Ciudad Rodrigo.
Muertitos de calor, regresamos a la plaza, donde en las terrazas saciamos nuestra sed.
Por la tarde la batalla. Yo, al rebufo de Gemma, y tratando de ser una buena aprendiza, y no un estorbo, vimos como la pólvora resonaba por la muralla.
Los cañonazos atronaban el aire, y el humo posterior a los disparos, hizo que en determinados momentos pareciese una tupida niebla.
Si no fuera por los calores abrasadores, bien podría parecer la niebla londinense de invierno.
Yo no se si desde el punto de vista militar el asedio y la toma de la ciudad respondió a las expectativas de los asistentes : de los participantes por un lado, y del numeroso público, por otro.
Al tener un foso, el público que estaba fuera de las murallas, vieron los disparos iniciales, la entrada en el foso, pero una vez que entraban en el foso, perdían la visibilidad de la tropa.
Afortunadamente el sitio donde estábamos nosotras era muy bueno, y pudimos seguir bastante bien el desarrollo de los acontecimientos.
Me sorprendió la cantidad de mujeres que venían con los extranjeros, no es que fuesen muchas, pero teniendo en cuenta que en España vamos muy pocas, y a veces con problemas porque al ser recreaciones militares siempre nos toman como personal de segunda. 
Y seguramente somos de segunda o de tercera, pero la realidad es que con los ejércitos siempre se movía personal civil que los acompañaba para realizar distintas tareas.
Y mis compañeras, más duchas en estos temas, se quejan de que no siempre les facilitan las cosas.
Por la noche había una cena en los jardines del Parador, a la que se asistía de forma voluntaria, pues había que pagarla aparte.
A mi todo me pareció estupendo. Yo me lo pasé muy bien.
Por la noche, en la cena, un pequeño incidente, una mala pisada hizo que el domingo debí pasarlo en la cama en el hotel, porque no me podía mover.
Lamenté profundamente perderme la batalla en Fuentes de Oñoro, pero son cosas que pasan, y afortunadamente espero que no sean mucho más que unas molestias al caminar, que irán remitiendo con el paso de los días.
Algunas de las fotos de la batalla, las he tomado prestadas de internet. Si alguien es el autor y no está de acuerdo con su uso, ruego me lo comuniquen para tomar medias y eliminarlas.
No podía dejar de poner esta foto, en la que he coincidido con Gloria. Nos hemos visto en otras muchas ocasiones, pero siempre con algo relacionado con motivos muy diferentes.
Y es la única en la que salgo con el precioso sombrero que me prestó Gemma.
Mi agradecimiento a Gemma por hacer de anfitriona y facilitarme la asistencia. La mejor de las aguadoras, que lleva en su "panera" de todo para socorrer a los heridos. Esta chica vale un potosí.
Esperemos que no tardando mucho, algo parecido a esto se pueda volver a repetir.






1 comentario:

  1. Ay, Lourdes;qué bonita crónica de nuestras andanzas por la "guerra". No sé yo si tan buena soy como me ves, pero nunca dudo de tu palabra, así que muchas gracias por tus preciosas palabras que me honran tanto. Ha sido una gozada tenerte a mi lado y estoy deseando que estemos juntas en otra en breve. Un beso enorme.

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