Necesitaba hacerme ropa básica, lo que se llama de "fondo de armario", para recreaciones en las que en vez de ir de "estupenda", bien sea napoleónica, crinolina, fin de siglo...etc, fuese de gente del pueblo, de clase baja.
Es cierto que tengo sayas de estameña y otras cosas, pero son muy pesadas, y algunas demasiado centradas en un territorio concreto.
Quería algo más ligero, que se pudiera encuadrar en cualquier zona, y un poco también, en cualquier época.
Busqué ropa básica: una saya que igual se puede encuadrar en zona de montaña que en valle, de principios o de finales del s. XIX, y a partir de ahí la parte superior de la indumentaria, que varía algo más según la década, podía variarla con diferentes cosas que tengo.
Por eso busqué telas, o viejas, o actuales paro sin fibras sintéticas.
Para la blusa usé una sábana de algodón vieja, que teñí en color granate, aunque quedó más clara de lo que yo pensaba.
Tuve que hacer varios tintes, ya que en el primer intento no quedó homogéneo, y después en los sucesivos, pretendía que tomara más color.
Me dejaron para copiar una antigua, y muy zurcida. A partir de ella hice la mía. con una estructura muy similar.
En este caso era una prenda de finales del s. XIX o principios del XX, pues las mangas jamón o "pata de cordero", así lo atestiguan.
También es cierto, que las modas en las clases bajas llegaban algo más tarde, y se mantenían más tiempo, porque su acceso a las corrientes innovadoras en la indumentaria era más lenta, son más conservadoras, y mantienen más tiempo los prototipos.
Es cierto que tengo sayas de estameña y otras cosas, pero son muy pesadas, y algunas demasiado centradas en un territorio concreto.
Quería algo más ligero, que se pudiera encuadrar en cualquier zona, y un poco también, en cualquier época.
Busqué ropa básica: una saya que igual se puede encuadrar en zona de montaña que en valle, de principios o de finales del s. XIX, y a partir de ahí la parte superior de la indumentaria, que varía algo más según la década, podía variarla con diferentes cosas que tengo.
Me dejaron ropa antigua para una representación, y copié algunas cosas.
Pretendía darle un aspecto antiguo, usado.
Soy fan de las series inglesas. No me gustan las series de televisión españolas en las que sus actores salen con ropa que parece de estreno, recién salidas de la tintorería y la plancha.Por eso busqué telas, o viejas, o actuales paro sin fibras sintéticas.
Para la blusa usé una sábana de algodón vieja, que teñí en color granate, aunque quedó más clara de lo que yo pensaba.
Tuve que hacer varios tintes, ya que en el primer intento no quedó homogéneo, y después en los sucesivos, pretendía que tomara más color.
Me dejaron para copiar una antigua, y muy zurcida. A partir de ella hice la mía. con una estructura muy similar.
En este caso era una prenda de finales del s. XIX o principios del XX, pues las mangas jamón o "pata de cordero", así lo atestiguan.
También es cierto, que las modas en las clases bajas llegaban algo más tarde, y se mantenían más tiempo, porque su acceso a las corrientes innovadoras en la indumentaria era más lenta, son más conservadoras, y mantienen más tiempo los prototipos.
Al ser una camisa de labor, era cómoda, sin ajustar demasiado, y sin ballenas o estructura encorsetada.
Algo más larga por el delantero que por la espalda. Era la forma de solventar no llevar pinzas en el pecho.
La espalda de una pieza, sin cortes, ni pinzas.
Delantero con canesú de tablitas que dan el vuelo necesario para el pecho.
El cuello de la antigua lleva corchetes para poner algo, que no sabemos que era, así que yo lo resolví con una pequeña y discreta puntilla.
Al igual que en la antigua le puse unos pequeños botones, con la tela de esta zona, con las rallas en horizontal, en vez de en vertical, que es como va el resto de la blusa.
Armarla es muy sencillo. partí, para la espalda de un patrón normal del Burda, de mi talla, y el resto fue un poco a ojo.
Me gusta como ha quedado, muy cómoda, fresca, y con aspecto usado y vieja.
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