Para mi todo un mundo a descubrir. Los uniformes, las diferencias entre unos y otros, la instrucción, limpieza de armamento, vida en comunidad, etc, etc.
En el 2012 celebraron el bicentenario de la Batalla de Arapiles, y la asitencia fué muy numerosa. En esta ocasión no se recreaba la batalla, pero un pequeño grupo nos reunimos, haciendo vida de campamento, y ellos, instrucción y otros quehaceres propios de la vida militar.
Asistian un grupo de Portugal, (ya que en 1812 había también portugueses en la batalla), muy bien equipados y disciplinados.
A diferencia de otros campamentos, en este caso no había mas que un fuego nocturno y muy cuidado, y no numerosas fogatas para preparar la comida, ya que el riesgo de incendio era grande.
Había un pequeño mercadillo, con numeros puestos y ciego con coplas incluido.
El sábado por la noche una cena, a la que además de con todos los del campamento asisiteronnumerosas personas del pueblo de Arapiles que se habian hecho ropa especial para el mismo.
Estaba amenizada por un estupendo cuarteto .
Hubo un intento de baile de la época, que para ser la primera vez no quedó mal. Pero para otra ocasión se mejorará. Hemos aprendido que un ensayo previo no estaba de más, tanto con los militares, como con la gente del pueblo.El domingo por la mañana una marcha hasta el Gran Arapil con la intención de depositar un ramo se flores en el monumento allí instalado.
La marcha fué larga desde el campamento, (no estoy acostumbrada). El sol no era muy fuerte, y la lluvia no hizo su aparición, a diferencia de lo que sucedió el sábado.
Por el camino uno de los presentes nos hizo una descripción muy interesante sobre el desarrollo de la batalla.
Durante el recorrido la gente del pueblo nos acompañó, tanto a pie como a caballo.
Al final, después de depositar el ramo de flores, unas palabras de Carlos, el presidente del a ANE, y disparos de las tropas.
Algunos consiguieron una presa, que no era francesa precisamente y que cologaron de su zurrón. No se como lo hicieron pues la pólvora era solo de fogueo.
La bajada, más fácil y rápida que la subida, nos llevó a refrescarnos y tomar algo en el pueblo.
Cogimos las bolsas con la comida, desmontaron campamento y a casita.
Gracias a todos los asistentes que hicieron de nuestra estancia unas jornadas muy agradables. Podría nombrar a muchos de forma personal, pero prefiero no hacerlo para no dejarme a nadie en el tintero.Gracias.
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