Me parecen de una delicadeza tremenda, y me dan la sensación de etéreos.
La maestría de algunos pintores de aquella época, nos permiten ver unos magníficos retratos de damas con unos chales preciosos.Admiro su técnica pictórica, su realismo, que nos permite disfrutar de aquellas piezas maravillosas y deleitarnos con la visión de los trajes, los peinados, las joyas....
Colocados sobre los hombros, dejándolos caer sobre la cintura, casi con desidia perfectamente estudiada, desde la cabeza a modo de mantilla. Variadas son las formas de lucir esta pieza según el país, la moda o el gusto de la dueña.
El color más frecuente era el negro. También los había en un tono beis. Prefiero el negro, que sobre crinolinas de colores claros o fuertes dejaban ver sus dibujos, generalmente vegetales, flores y hojas.
Hoy les pongo algunas de las numerosas pinturas en las que aparecen mujeres de las décadas de 1840, 1850 y 1860 luciendo un chal de chantilly.
Ya dije en otra entrada que hablaría del origen y la historia de los encajes de Chantilly, en general, y de los chales, en particular, no me he olvidado. Lo haré, pero de momento disfruten de estas pinturas.
Ahhhh, quién tuviera uno
ResponderEliminar¿El nombre de los pintores? Reconozco el segundo, pero nunca había visto el resto de pnturas. Son inspiradoras.
ResponderEliminarHay tres del mismo autor: La última en 1846 por Franz Xaver Winterhalter, al igual que la primera en 1869 y la penultima en 1861. La 3ª es de 1850 pero no se el autor.
Eliminar