martes, 4 de octubre de 2016

San Froilán 2016

Es San Froilán la festividad de mi ciudad que más me gusta. Por revivir tradiciones , por su colorido, porque cada año se supera, por la gente en la calle, y por muchas cosas más.
Pero sobre todo, por esos mantones, manteos, pañuelos, colonias, capas ... etc, que sacan de las arcas y toman el asfalto, como hace décadas, siglos. Era la ropa que habitualmente lucían mis antepasados.
Con Ricardo (que amablemente me confió su tesoro),y Pili  .
Llevo muchos años, décadas, saliendo vestida con ropa tradicional en San Froilán, unas veces sola, y otras en grupo.
(Eramos muchos mas de los que aparecemos en la foto, mas de 50 personas en esta ocasión.)
 Y este año Javier Emperador, (un estupendo coleccionista de ropa tradicional y gran conocedor de tradiciones, y sobre todo de cantos y bailes), me dice, que como en otras ocasiones va a hacer un grupo, que posteriormente hará un espectáculo, muy similar a otro al que asistí como espectadora, y que si quiero, en vez de espectadora, puedo ser participante.
Me apunto de inmediato, y poco después me sorprende con otra llamada, en la que me ofrece llevar un traje de Ricardo Corcuera, otro querido coleccionista de ropa y joyería, y sin saber el tipo de ropa, ni nada de nada, digo que si, que si, que si ¡
Estas son las fotos que me envía Ricardo.
Para enamorarse del traje, ¿No creen ?
Un magnífico conjunto de finales del s. XIX o principios del XX. Con una conservación buenisima.   
Ricardo, que no vive en mi ciudad, me llama, y no sabe si me valdrá, sobre todo la parte de arriba. Con la saya no hay problema.
Me manda fotos y medidas. Me encanta el traje, los pañuelos, el mandil, todo. Yo quiero que me valga, me tiene que valer...
Me dice que siempre hay la opción de poner un cuerpo diferente, (si es que no me vale el original, ya que va a ir tapada con los pañuelos), una chambra mía. Es una opción, pero ojalá pueda llevarlo completo.
Lo importante es que me entrara, pues aunque no cerrase, los pañuelos tapaban el frontal, y también el largo del cuerpo. Lo único que se vería son las mangas.
Y se produjo el milagro. Si que me entraba, y aunque costaba ponerlo, pues las mangas son superajustadas, delante no cerraba, y el largo del cuerpo no me llegaba a la cintura, entre Javier y Ricardo idearon como tapar esas "menudencias", y salir con el traje al completo.
La ropa interior era mía, el resto, todo de Ricardo. Llevaba dos enaguas, la interior no sale en las fotos, pero creo que ya la he mostrado en alguna ocasión, y la exterior antigua, de algodón, con remate de ganchillo.
Medias hechas a mano y pololos normales, actuales, reproducción de unos antiguos, pero sin mayor interés.
Llevaba una camisa corta, que en principio iba debajo del jubón, pero que terminó encima por lo que he contado arriba.
Para que el jubón no fuera directamente sobre la piel, llevaba un top largo, para proteger un poco la tela antigua.
Llevaba también un rulo a la cintura para dar volumen a la saya.
Encima de la enagua una primera saya bajera. En un color entre granate y marrón y que junto al rulo y las enaguas daba volumen a la mas exterior.
Importante ir prácticamente sin maquillaje, sin pintar los labios. Anillos, reloj, gafas, todo lo actual va fuera. Requisito imprescindible y en el que hacen mucho hincapié, tanto Ricardo como Javier.
Es importantísimo tener a alguien que te vista bien, que te coloque los pañuelos, que ponga las alfileres en los sitios adecuados, que no se muevan de su sitio ninguna de las piezas.

Como pueden ver, a pesar de llevar la camisa blanca encima del jubón, solo las mangas de aprecian al exterior. El chal verde tapa el resto.
En el caso de la saya, lleva un bolsillo interno que no fotografié, ni usé. pero creo que es interesante mencionarlo.
La primera vez que salgo con el pelo descubierto, y el pañuelo de cabeza en los hombros, pero la joyería lo merecía, y el moño también.
El peinado es un moño, que me lo hizo una experta palentina, Azucena, con mi pelo, y un postizo de una larguísima trenza que compré hace 35 años, y que tenía guardada.
La joyería la puso Ricardo, y desde la peineta, a las alfileres de moño, pasando por todo lo demás, me parecen maravillosas.
No tienen mas que darles un vistazo en las fotos y seguro que se enamorarán de ellas como lo estoy yo.
Pendientes, collar y ahogadera se aprecian en esta fotografía.
La tela es un algodón en un color café con leche, con unos ramos de flores, y listas en color beis.
Creo que en las fotos se aprecia bastante bien el tejido.
El mandil llevaba una cinta de terciopelo negro, curiosamente cosida solo por un borde, el superior, dejando el de abajo al aire, Es la primera vez que lo veo así.
Las colonias en color café, terminadas en abalorios negros. En seda.
En la fotografía de abajo, apenas se aprecian las colonias, engullidas en el vuelo de la saya.
Este pañuelo de seda en verde, beis y rosa, de la foto superior, se denomina " Granadina". Bajo la granadina, otro chal de seda negra. 
La granadina es tan delicada y etérea que por la tarde la cambiamos, por miedo a que sufriera algún destrozo, pues aunque yo tenía mucho cuidado, a la vez tenía una gran preocupación para que no les pasara nada a ninguna de las piezas.
Pero este pañuelo era especialmente frágil, así que después de comer cambié el chal negro por uno mio de seda verde, que le iba fenomenal por las hojas del estampado del traje, y sobre este, otro pañuelo de Ricardo al cuello, más pequeño que el de la mañana.
 Detalles del chal de seda verde. Las flores van en la parte central, y las rallas, enmarcando todo el centro de flores.
Detalle de las mangas, y en especial de los puños, que tienen lorzas amplias, y van abiertos.

Fotografía entera con el traje y el nuevo pañuelo verde.
Llevaba un pericón en amarillo dorado. Por el color de la tela pensamos que era el que mejor le venía al traje.
Pintadas a mano unas rosas, que hacian juego con las que lleva la tela.
Rematado en puntilla del mismo tono.
Varillaje. 
El pericón y donde va colgado, es de lo poco que era mio. El resto, como ya he dicho, todo de Ricardo.
Foto que salió en prensa, de nuestro paseo por las calles de León.







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